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Quesos Valpe, una quesería muy artesanal

Valdefuentes es la capital regional del esgrafiado, una técnica arquitectónica utilizada para la decoración en el enlucido y revestimiento de muros. Paseando por sus calles es posible disfrutar de esta bonita decoración en numerosos edificios, desde casas particulares hasta el ayuntamiento, pasando por el gimnasio, la churrería... Pero Valdefuentes también destaca por su industria láctea y es que esta localidad de algo más de 1.100 habitantes cuenta con cuatro fabricantes de quesos.

Su alcalde, Álvaro Arias Rubio, lo achaca al carácter tan emprendedor de sus convecinos. «Junto con los vinos, las queserías son uno de los sectores más importantes en la creación de empleo», detalla. Él tampoco se amilana, de hecho, le gustaría que, en un futuro, Valdefuentes entrase en el libro Guinnes de los récords por hacer el queso más grande del mundo. Ya se lo ha propuesto a las queserías.

Los quesos valdefuenteños son de sobra reconocidos en la región, gracias, en parte, a la gran calidad de los pastos de la comarca. Esto se traduce en una leche de categoría y en un agradable sabor en el paladar. Una de las queserías más antiguas del pueblo es Valpe, que data del 1986. Los fundadores fueron tres ganaderos –Santiago, Paco y Juan– que se unieron para hacer quesos con la leche de sus ovejas.

Finalmente, la fábrica de quesos se la quedó Juan, que la trabajó junto a su tía Catalina durante dos décadas. Con el parón de la pandemia, tocó cambio generacional y ahora son los hijos de Juan –Domingo y Juan Pérez– los que la gestionan.

Sus quesos, elaborados a base de leche cruda, sal y cuajo natural de cardos, se distinguen por ser realizados artesanalmente, tal y como aprendieron de su familia. «Los desueramos con las manos, que es lo que se llamaba antiguamente 'masticar' y también los salamos manualmente», explica Juan. Además, cuentan con ganadería propia, compuesta por unas 900 cabezas entre merina y lacaune. Esto les da para producir unos 30.000 quesos al año, que distribuyen principalmente por Extremadura en dos tamaños (800 gramos y un kilo). Dos meses después de su elaboración, ya se pueden consumir, aunque cuanto más tiempo permanezcan en la cámara de curación, donde son volteados diariamente, más duros e intensos de sabor estarán.

Actualmente tienen tres modalidades: pasta dura, pasta blanda (tipo torta) y uno intermedio, de textura cremosa. Y cuando van a la feria del queso de Trujillo, suelen triunfar. En el currículum quesero de Valpe hay cinco medallas de oro para su pasta blanda y tres de plata para su pasta dura.

Fuente: www.hoy.es